viernes, 19 de agosto de 2011

Los contaminantes en el cuerpo humano



Cuando los contaminantes ya se encuentran en el ambiente y el hombre está expuesto a ellos, muchas cosas modificarán el grado de daño que puedan hacerle. 
Inicialmente dependerá del nivel de absorción por parte del cuerpo. Los compuestos pueden ingresar con el agua y el alimento, con el aire que respiramos, a través de la piel, etc.
En el primer caso la absorción ocurre dentro del tracto gastrointestinal (boca, estomago, intestinos, etc.). Algunos compuestos ingresan fácilmente mientras que otros es posible que no sean absorbidos y que, por lo tanto, se eliminen con la materia fecal. 
Cuando una persona bebe o come por accidente una sustancia contaminante se intenta realizarle un lavado estomacal para que esta se elimine con el vómito. Esto ocurre en especial con los niños pequeños que pueden, en un descuido, consumir por ejemplo un producto de limpieza o insecticida. 
Es por esto que es muy importante que nunca toques productos peligrosos que puede haber en tu casa. Además, si tienes hermanos menores, debes recomendarle a tus papás que los pongan fuera de su alcance. ¡¡Recuerda que es mejor prevenir que curar!!
También puede ser que exista lo que se conoce como contacto mano-boca. Es decir, que tocas un producto contaminante y luego comes una galletita o algo que hace que lo transportes a la boca. Ten en cuenta entonces que debes lavarte bien las manos regularmente.
Algunos contaminantes ingresan también con el aire que respiramos. El caso más común es el del humo del cigarrillo. Quienes fuman dañan su propia salud pero lamentablemente también la de aquellos que tienen cerca. Y muchas veces son sus hijos los que más sufren este tipo de contaminación. De esta forma también entran al cuerpo los restantes agentes atmosféricos (¡¡¡que son muchos!!!).
Una vez que los contaminantes son absorbidos, llegan a los tejidos de nuestros órganos a través del sistema circulatorio (venas y arterias).
Algunas veces pueden quedar retenidos en nuestro organismo y acumularse en el cuerpo. Muchos órganos son "preferidos" por algunos contaminantes que se van alojando allí y produciendo daños en el largo plazo. 
El mercurio por ejemplo se va "estancando" en el cuerpo. Lo mismo le ocurre a peces como el atún. Lo más grave es que cuando comemos un animal que ha acumulado mercurio en sus tejidos (atún en este caso), pasamos a incorporarlo a nuestro cuerpo. Esto se conoce como biomagnificación porque las cantidades van aumentando en la medida que alcanzamos niveles superiores de la red alimentaria. Algo así fue lo que ocurrió en la Bahía de Minamata.
Pero cuando no se retienen los contaminantes, se produce su excreción. Esto minimiza los efectos dañinos de esa sustancia sobre el cuerpo. 
Generalmente las sustancias se excretan con la orina o la bilis. En el primer caso se produce gracias al trabajo incansable de nuestros riñones que filtran la sangre para retirarle los compuestos tóxicos. En el segundo caso es el hígado el que realiza esta tarea.
También puede ser que se excreten contaminantes con el aire exhalado, la transpiración, la saliva, las secreciones genitales, el pelo, la piel y la leche materna. ¿Sabías que muchas veces se estudia el pelo de las personas para conocer la cantidad de determinados contaminantes que puede tener adentro? 

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