domingo, 2 de octubre de 2011

Así combaten la contaminación atmosférica las grandes ciudades europeas



Un ciclista y su perro, pasan junto al Coliseo romano
El problema de la contaminación atmosférica en las ciudades no es exclusivo de las capitales españolas. En las grandes capitales europeas, según explican los corresponsales de ABC, los poderes públicos han tenido que ingeniárselas para reducir los niveles de contaminación y preservar así la salud de la población. El abanico de medidas adoptadas es muy amplio, pero el elemento común es que en todas partes se ha abordado el problema, con mayor o menor éxito.

París: alertas estivales y concienciación

En París, ciudad poco industrial, la polución atmosférica se debe esencialmente al uso del automóvil y los transportes. Las variaciones meteorológicas, muy desfavorables en verano, han creado ocasionalmente situaciones de alerta. En la capital francesa y su área metropolitana, la polución atmosférica disminuyó en un 32 por ciento, entre el 2002 y el 2007, para estancarse en los úlltimos tres años. A finales del 2009, se calculaba oficialmente que las emisiones de CO2 eran equivalentes a 5.2 toneladas por habitante y año.
Las políticas antipolución tienen ya cerca de medio siglo de historia. En 1979 se creó ya una oficina de control del aire responsable de la materia. Desde entonces, el Estado y la Alcaldía han colaborado en muy distintas iniciativas destinadas a mejorar el aire que se respira: reducción de la velocidad de los vehículos, mejoras en los vehículos, reordenación de los transportes públicos, campañas a favor del uso más racional del automóvil y del uso de los transportes públicos, informa Juan Pedro Quiñonero.

Bruselas: límites de velocidad y bicicletas

Una de las pocas cosas en torno a las que hay consenso en Bélgica es respecto a la contaminación. Las autoridades de las tres regiones del país (Flandes, Bruselas y Valonia), cuando las condiciones meteorológicas dificultan la dispersión de los elementos contaminantes, limitan la velocidad en todas las autopistas del país a 90 kilómetros por hora, y a 50 kilómetros en la ciudad en las zonas donde habitualmente el límite es de 70 kilómetros a la hora. Esta reducción obligada de la velocidad supone, según sus cálculos, una reducción del consumo de combustible en un 20% y, como consecuencia, de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Además, las autoridades aconsejan a los ciudadanos bajar en 1 grado centígrado la temperatura de la calefacción de las casas, lo que supone un ahorro en el consumo de un 8% y, por tanto, de las emisiones de CO2.
Los belgas tienen una gran conciencia medioambiental y, como en Holanda, es habitual el transporte en bicicleta y el uso compartido de los coches para aquellos ciudadanos que viven fuera de Bruselas y acuden a diario a la capital a trabajar. Para ellos, la ciudad ofrece aparcamientos para bicicletas casi en cada calle y en las entradas al metro, informa Maribel Núñez.

Berlín: el coche, poco y despacio

Pese a que a diario se usa poco el vehículo particular, y las campañas incentivan el transporte público, en Berlín y otras ciudades alemanas se han ampliado las zonas de circulación residencial, donde no se circula a más de 30 km/h. Dentro del perímetro urbano, además, es necesario llevar una distintivo adhesivo que confirma la calidad de los humos emitidos por el escape del motor. En el centro de algunas ciudades se ha restringido el aparcamiento, total o parcialmente. 

En días de especial polución, la entrada al casco urbano puede mostrar señales de prohibición al tráfico «por alta contaminación ambiente». Berlín creó ya en 2008 un anillo de protección ambiental, correspondiente con la línea de metro circular (S-Bahn) y que comprende 88 kilómetros cuadrados. En este tiempo se ha reducido en 62 toneladas las partículas de hollín del diesel y en 960 toneladas el óxido de nitrógeno del aire. 
La nueva normativa de partículas respirables en 2010 espera reducir otro 40% el humo de escapes. Entre otras iniciativas, el club automovilístico ADAC ha logrado que a partir de 2011 se extienda la práctica del intercambio de matrículas y seguros entre vehículos de una misma casa, como ya se hace en Austria y Suiza. Asimismo se ha descubierto un hormigón para asfaltos y construcción con la capacidad de absorber y reducir la emisiones de óxido de nitrógeno en un 33%,informa Ramiro Villapadierna.

Malos aires en Milán, Roma y Nápoles

Solo hay un país europeo donde se respira un aire más contaminado que el italiano: Bulgaria. Según la Agencia Europea para el Medio Ambiente, entre las 30 ciudades europeas con mayores tasas de bióxido de ázoe y de ozono, 17 son italianas, entre ellas sus capitales Roma, Milán, Turín y Nápoles. Las causas de la contaminación están en la industria y los transportes. Se han dado algunas pasos, todavía insuficientes, en la adopción gradual de políticas de modernización de las instalaciones anticuadas.
Desde hace dos años, la Comisión Europea ha advertido al Gobierno italiano para que respete los límites impuestos por la normativa comunitaria. Ante el reiterado incumplimiento, en noviembre del 2010 la Comisión Europea llevó a Italia al Tribunal de Justicia. El Gobierno italiano ha intentado ganar tiempo con justificaciones y pidiendo una moratoria.
Ante la emergencia, cuando se superan todos los límites, algunas ciudades prohíben el tráfico y decretan el “domingo a pie”. Así ocurrió, entre polémicas, en los dos últimos domingos en Milán, Turín y Nápoles, informa Ángel Gómez Fuentes.

Londres: menos taxis y camionetas

En junio de 2010, la Comisión Europea le dio al Reino Unido una “advertencia final” por la contaminación ambiental en Londres. En respuesta, el alcalde Boris Johnson presentó en diciembre su estrategia para la Descontaminación Ambiental. Entre las iniciativas se encuentra la revocación de licencias a los taxis de más de 15 años, la promoción de coches eléctricos y la imposición de límites más estrictos para la emisión de camionetas y minibuses en las Zonas de Baja Emisión.
Entre las medidas no focalizadas en el transporte está la readaptación de casas y oficinas y el uso de un sistema planificado para limitar la contaminación de nuevos emprendimientos comerciales. El gobierno ha sido cuestionado por postergar la introducción de la tercera fase de las zonas de Baja Emisión creadas por el anterior alcalde, Ken Livingstone, y por su abolición del impuesto especial a la circulación en zonas céntricas para la zona oeste de la capital. El veredicto final de la Comisión Europea será a fin de mes, informa Marcelo Justo.

Atenas: turnos de matrícula para coches

La capital de Grecia es una enorme ciudad en cuyo centro y alrededores viven y circulan mas de 4 millones de habitantes (el 30% de la población griega). El centro de la ciudad se encuentra rodeado por varias colinas y, desde finales de los años setenta, la contaminación atmosférica era brutal, con altos niveles de dióxido de sulfuro (SO2), humo, dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono.
Desde entonces se han efectuado muchos esfuerzos para reducir el cinturón de pequeñas industrias muy contaminantes. Se ha conseguido mejorar la calidad del combustible reduciendo la bencina, y la renovación y control del parque móvil. En 1992, se comenzó retirando los coches sin catalizador, y desde entonces se realizan revisiones que hacen casi imposible el circular con vehículos que no cumplen los controles de contaminación. La medida más drástica es quizás la que, desde 1982, permite circular en el centro de Atenas únicamente a los coches con matrículas pares los días pares y con impares los días impares de lunes a jueves de 7 de la mañana a 8 de la tarde y el viernes de 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, desde el mes de septiembre hasta mediados de Julio. La medida se ha mantenido hasta ahora y no afecta a los coches con matrículas extranjeras o alquilados.
Cuando se comenzó a implantar esta medida, muchas familias solucionaron el problema comprando un segundo vehículo con matrícula diferente, ante la falta de alternativa por la mala calidad del transporte público. Ahora, la flota de autobuses es menos contaminante, los trolebuses eléctricos funcionan bien y se ha extendido la red de metro, mejorando la alternativa pública, informa Begoña Castiella.

Lisboa limita los coches en el centro

Desde el año 2005, Portugal sobrepasa el límite legal para la polución atmosférica y la Comisión Europea ha emitido varios avisos a la región de la Gran Lisboa y al norte del país. Lisboa es la zona que más preocupa, en especial la céntrica y transitada Avenida da Liberdade, que ya en el 2005 excedía el límite de partículas contaminantes en más de 180 días, cuando el máximo establecido es de 35 días. El exceso de coches, en su mayoría de gasolina, es el principal problema portugués.
En el 2009 se presentó el Plan Director Municipal de Lisboa en el que se incluía como objetivo reducir en 15%, hasta el 2020, el número de vehículos que diariamente entran en la capital. El Ayuntamiento ha decidido este año prohibir la entrada de los coches más contaminantes en la zona histórica de la Baixa durante la semana para cumplir así las normas europeas y evitar sanciones. Esta medida afecta a los vehículos cuyos motores no correspondan, por lo menos, a la categoría Euro1

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