La contaminación mata. Ninguna frase más certera, clara, concreta, explicita y precisa para decir una verdad. Es que, lamentablemente, así es.
La contaminación produce alrededor de 16.000 muertes al año en tierra española y se prevé que si una ciudad con dimensiones similares a Madrid minimiza su nivel de contaminación al nivel de contaminación que se recomienda, los ingresos hospitalarios anuales por enfermedades cardiovasculares y respiratorias se bajarían en 1.800 personas, en tanto que las muertes por estas causas bajarían en 3.500 personas.
Estas afirmaciones han sido sacadas a luz recientemente por un estudio realizado por la SEC, Sociedad Española de Cardiología, y la FEC, Fundación Española del Corazón. Con lo cual, volvemos a reiterar nuestra primera afirmación: La contaminación mata.
Frente a este panorama, con más fuerzas se deben fortalecer las campañas y acciones para reducir lacontaminación ambiental, como también se debe tomar y tener una mayor conciencia de los actos propios para con el medio ambiente.
El doctor José Barrabés, integrante de la SEC, ha manifestado que “la polución es altamente nociva para la salud y en particular para las arterias, considerándose ya como un nuevo factor de riesgo cardiovascular para el que no hay otra solución más que intentar evitarla”.
Por mi parte, me quedo analizando las últimas palabras, “intentar evitarla”. Intentar evitar la contaminación es algo complicado. La triste realidad nos muestra que la contaminación está presente en casi todos lados, y andar esquivando a ésta pueda suponer mudarse, cambiar muchos hábitos y otras cosas que no pueden ser hechas realidad para todos.
Con lo cual, entre todos, principalmente los gobiernos y personas con el poder de actuar y llegar a más personas, debemos focalizar en cambiar los hábitos personales y grupales que causen contaminación, para que ésta vaya disminuyendo y sea ella quien se aleje y no nosotros.
De lo contrario, la contaminación traspasará sus efectos negativos a nuestros cuerpos complicando el funcionamiento de las arterias, reduciendo su capacidad vasodilatadora, llegando a desembocar en una arteriosclerosis. E incluso, en los peores casos, se podrá llegar a la muerte de la persona.
Por último y como curiosidad, os comento que la OMS, Organización Mundial de la Salud, establece que lo recomendado es vivir en zonas cuyos niveles de contaminación no superen los 25 o 30 microgramos de partículas nocivas por metro cubico.
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