sábado, 7 de mayo de 2011

El planeta que heredaremos

Las imágenes de la Tierra, desde el espacio, nos muestran lo impresionante que es este pequeño cuerpo celeste, al que algunos denominan “planeta azul”, porque su superficie está cubierta en un 71% por agua.
Nuestro mundo ha tenido grandes transformaciones, algunas positivas, en el terreno de la ciencia y tecnología, y otras negativas, siendo el ejemplo más evidente de esto el deterioro ambiental, que ha puesto en riesgo a numerosas especies de flora y fauna y provocado cambios climáticos adversos para las poblaciones humanas y ecosistemas.
En la pérdida de biodiversidad ha influido la sobreexplotación y contaminación ambiental, ocasionando el deterioro de los hábitats, lo cual repercute en la capacidad de los ecosistemas de resistir a los fenómenos climatológicos de alta intensidad.
Asimismo, las prácticas de manejo insostenibles en la agricultura y otras actividades productivas han provocado la disminución de las áreas de bosque, deterioro de cuencas hidrográficas y contaminación de ríos. La tala desmedida de árboles y la falta de protección de los suelos con vocación agrícola, y el uso intensivo de pesticidas, ponen en riesgo los activos naturales, la salud humana y la seguridad alimentaria de los pueblos.
Las actividades humanas vinculadas a los procesos de producción también han llevado al calentamiento del planeta, fenómeno global producido por el incremento de los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, ozono, entre otros). Los estudiosos de este fenómeno advierten sobre los cambios que ya experimenta el planeta. Desastres naturales están provocando desplazados o migrantes en diversas regiones, con enormes consecuencias sociales, políticas y culturales. En El Salvador, se cuenta con algunas proyecciones del impacto que tendrá este fenómeno, entre los que se mencionan aumento de la temperatura, disminución de caudales y reducción del agua subterránea, aumento del nivel del mar y alteración del ciclo hidrológico.
La realidad de cambio climático plantea la necesidad de realizar procesos de concienciación y de avanzar en el ordenamiento del espacio y los recursos, ecoeficiencia, producción más limpia; y en medidas para la mitigación y adaptación a los efectos.
A escala mundial la problemática ambiental ha sido en las últimas dos décadas tema central de foros, conferencias, y encuentros de alto nivel. Diversas acciones se han ejecutado, desde la celebración de la Cumbre de la Tierra en 1992, que reunió a 172 gobiernos que acordaron acciones para promover el desarrollo sostenible; hasta la Cumbre de la ONU para el Cambio Climático realizada en 2010 en Cancún, México, con la participaron de 192 naciones, en donde se abordaron temas claves para reducir las emisiones de CO2.
Aunque se han logrado acuerdos básicos en este tema, las acciones implementadas no son suficientes para revertir el daño ambiental que avanza por selvas y ríos, que día a día sucumben ante el progreso humano. Con una población en aumento que demanda mayores bienes y servicios, y que ejercerá en el futuro mayor presión sobre los recursos naturales será necesario desarrollar estrategias de intervención ambiental con un enfoque ecosistémico, lo cual implica el manejo integrado de tierra, agua y recursos vivos, promoviendo un uso sostenible en condiciones de equidad.
El llamado es para cada habitante del planeta, para que todos compartamos este hogar, tomemos conciencia sobre la importancia del cuidado del medio ambiente y cultivemos en nuestros hijos el aprecio por la naturaleza, ya que de ello dependerá la subsistencia de la especie humana.

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